La imagen de la confianza

Cuando en septiembre de 2018 tuve que comunicar el tema de mi Trabajo Final de Grado (con el que me terminaría mis estudios en la universidad y me darían licencia para firmar proyectos), me costó decidirme. Finalmente, después de descartar varios, me decidí por proponer un nuevo uso a una antigua casa que hay en Sant Cugat, deshabitada desde hace décadas y que ha quedado en medio de un parque.

Al tiempo, después de bastante investigación y trato con las administraciones; después de darle vueltas y vueltas a una y varias propuestas; con un programa bastante definido, me encontré que me faltaba tiempo para la entrega y había aspectos proyectuales de base que aún no eran sólidos y hacían tambalear el discurso. Así que después de varias conversaciones con profesores, profesionales y amigos, dejé a un lado el trabajo que venía haciendo los últimos cuatro meses y me centré en buscar uno que definiese mejor mis ambiciones y donde pudiera ofrecer un discurso más jugoso. Una muy buena decisión en ese momento.

Pero lo bueno viene cuando, después de un año, un amigo mío se interesó por esta misma casa y quiso desarrollar su Trabajo Final de Grado en ella. Y lo hizo, y con mucho éxito. Durante la confecciñon de los planos me pidió que le echara un cable. Le hice este collage. Para mí es la imagen de que la confianza y la actitud multiplica los resultados (como otro sabio amigo me enseñó hace tiempo).